Hoy hemos ido a ver "La invención de Hugo", de Martin Scorsese, una peli de 127 minutos que nos ha hecho disfrutar y volver a "París toujours".
Se trata de una de esas películas en las que no hay que avanzar mucho más del argumento, porque es espléndido y está basado en la novela de Biran Selznick. Os adelantaré sólo aquello que me dijeron en su día: "Es la historia de un niño que vive en un reloj". El escenario es el de París de los años veinte, guitarras y contrabajos, juguetes de cuerda y persecuciones en la estación. Un peliculón.
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