La historia gráfica que presentamos es una opera prima que consiguió el premio revelación del Festival de Angouleme 2011. El libro retrata los años de "paréntesis" que la autora tuvo que vivir debido a un tumor cerebral y continuos ataques de epilepsia.
Sabemos que tiene final feliz desde el principio, pues su publicación es la constatación de la buena salud de la autora. Esto permite que nos podamos asomar a una cuestión tan difícil, la de una enfermedad que puede ir minando la memoria y la personalidad de una joven llena de vitalidad e inquietudes. A veces olvida episodios concretos, en otras ocasiones su mente está en blanco meses y casi años: sumar, restar, el alfabeto, el lugar donde vive, el Presidente de la República, el nombre de su sobrina recién nacida e incluso el suyo propio... Para conseguir rehacer el puzzle de esos cinco años, la autora recurre con frecuencia a los testimonios de su madre, a la que finalmente dedica el libro.
Es una manera de ver la enfermedad desde un punto de vista distante, reconciliándose consigo misma, lleno de humor. Los momentos más duros son aquellos en los que aparecen las ilustraciones desesperadas que la autora realizó cuando estaba sumida en la enfermedad.
Los dibujos son en blanco y negro, de trazos simples. Esta austeridad consigue imponer una mayor fuerza a la historia. En algunas críticas la comparan con L'Ascension du Haut Mal de David D. que también trata la temática de la epilepsia y con la que guarda algunos paralelismos. Sin embargo, tanto por el argumento pero sobre todo por las ilustraciones prefiero esta obra, un relato íntimo que por encima de todo habla del miedo ante los oscuros y desconocidos laberintos del cerebro humano.
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