Tenía bastantes ganas a esta novela que por activa y por pasiva había escuchado en varias conversaciones literarias con mis amigos francófonos. Dicho y hecho, enganché la obra que al principio me sedujo y, como la buena publicidad de una serie de televisión que aseguran se trata de la revelación del año, me ha decepcionado, incluso se me ha hecho duro continuar la lectura y finalizarlo.
Sin embargo creo que se trata de uno de esos libros que, batiéndome en duelo con algunos de sus capítulos, puede que finalmente me quede algún poso. No tengo claro si positivo o negativo, porque creo que la mayor virtud de Las partículas elementales (1998) es precisamente no dejar indiferente.
Una novela que igual no acabo de comprender del todo porque, por suerte, no conozco ninguna vida que se asemeje a la de los protagonistas, Bruno y Michel, dos hermanos de 40 años, cuyas vidas discurren a lo largo de la obra entremezclándose: soledad, cuestionamiento vital, relación con el sexo y con el amor, la muerte y la decadencia, el trágico pasado... Depresión total. O quizás sí que conozco a alguna persona en esta situación y no reparo en los secretos del fondo de su existencia. Igual es así como llegan los suicidios, los asesinatos, los repentinos brotes de violencia que nadie del entorno logra explicar.
Houellebecq mezcla todos estos ingredientes con un género que particularmente me gusta, el de la ciencia-ficción, haciendo alusión a la búsqueda espiritual a través de las religiones y anunciando la decandencia de la humanidad, una especie de fin del mundo. Particularmente desde este punto de vista no convence, resulta artificial la alusión a descripciones científicas y las referencias religiosas a la historia que está contando. Se trata casi de un efecto óptico: el autor juega a aparentar una mayor calidad literaria y que en realidad la historia que está contando va mucho más allá, hacia una ambicionada novela total. Como punto positivo, he encontrado interesante la exploración que realiza de las corrientes experimentales del New Age y las caricaturas aberrantes sobre el mundo de los hippies, precisamente por el humor y el jugo que tienen estas descripciones.
Quizás si solamente se hubiese centrado en Michel y Bruno estaríamos hablando de otra obra, más cercana literariamente al realismo sucio y que también nos hubiese hecho reflexionar sobre los vaivenes de esta vida, sobre el miedo al vacío y sobre todo, sobre los porqués de un depravado sexual y pederasta de 40 años, que es en lo que ocupa gran parte del libro.
Comprendo que existan fans de Houellebecq y lo felicito por haber ganado el Goncourt 2010 pero definitivamente creo que no soy el tipo de público al que está dirigido. Eso sí, no me puedo resistir a confesar que me encanta la combinación de vocales y consonantes de su apellido, que parece sacado de cuento de apaches y navajos. Como dirían los raperos, tiene flow...
P.D: Y ahora entiendo mejor nuestras diferentes visiones de "Un roman français" de Beigbeder...
Argumento/Sujet ***
Creatividad/Creativité *
Personajes/Personnages **
Amenidad/Amenité **
Vocabulario/Vocabulaire ****
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