viernes, 13 de abril de 2012

"En attendant Godot" (Esperando a Godot) de Samuel Beckett

Samuel Beckett (Dublín, 1906- París, 1989) es el autor de Esperando a Godot, una de las obras cumbre del conocido como Teatro del Absurdo, encuadrado dentro del experimentalismo literario. Desde que se estrenase la obra en 1953 se dice que no ha habido ni un sólo día en el que no se haya representado en algún lugar del planeta. Aunque la lengua materna de Beckett era el inglés, eligió el francés como lengua de escritura, ya que consideraba que en francés es más fácil escribir sin estilo. 


Un crítico literario resumió la obra: Nada pasa, dos veces, haciendo referencia a los dos actos de la obra. Efectivamente el argumento no tiene ni principio ni fin, dos personajes, Estragon y Vladimir, esperan a Godot y se dicen: ya que tenemos que esperar aquí, hagamos algo para pasar el tiempo, hablemos para no aburrirnos.

Se trata de un tiempo que está fuera de la realidad, donde los días transcurren sin mayores cambios. Godot es la esperanza del futuro que nunca llega, el pasado y el presente no tienen sentido y, con frecuencia, se olvidan.

Encontramos de este modo algunas de las características principales del Teatro del Absurdo: no interesa narrar sino exponer una situación, los diálogos son reiterativos y no fluyen armoniosamente, las respuestas y los contenidos reiterativos, se utiliza el silencio.

Existen distintas lecturas en relación a la simbología de la obra. Una de ellas apunta la relación con los Hermanos Marx, ya que existen cuatro personajes, uno de ellos mudo y otro de nombre italiano. En esta línea se relacionarían algunas de las escenas de la obra con el mundo del circo o las películas cómicas mudas. El juego de los sombreros aparece en la obra:



Otra teoría recurrente es relacionar a Godot con Dios (God), aunque Samuel Beckettsiempre lo negó. Esta visión dotaría a la obra de un significado existencialista más contundente. Enlazaría también con otra de los simbolismos más comúnmente aceptados: el personaje de Pozzo es el de un explotador, que abusa tiránicamente de su criado Lucky (lo lleva atado con una cuerda como si fuese un perro), quien ni siquiera es capaz de pensar por sí mismo si no se le ordena. Pozzo utiliza como excusa la búsqueda de Godot para que los otros se queden y hablen con él, en lo que se considera un paralelismo del uso de la devoción a las masas por parte de líderes oportunos.

El escenario que plantea Beckett es acorde con el contenido de la obra y se reduce al mínimo, de esta manera se refuerza la idea del vacío y de la nada.



En attendant Godot es una obra de teatro cuyo argumento continua siendo actual. Quizás el lenguaje absurdo no nos impacta tanto como en los años 50 o 70 pero es necesario comprender que se trataba de una obra pionera en este sentido. Es una lectura difícil si la realizamos en versión original (como ha sido el caso) sobre todo por los juegos de palabras y los diálogos entrecortados. A pesar de ello podemos lograr captar el humor que subyace de fondo en algunas de las escenas.

El ejemplar que he leído es de Les éditions de miniuit y me ha gustado mucho. Su encuadernación es sencilla y sobria: una simple cartulina blanca y páginas que se tornarán amarillentas.

Muy acorde con la obra.


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