Una delicia de libro muy bien escrito, con unos diálogos perfectamente hilados, ágil, lleno de humor y de metáforas bien elegidas que nos llevan a comprender el fondo de las cuestiones que plantea y sobre todo lo que más me ha gustado es la empatía que transmite. Todo buen profesor debería tenerla.
Pennac fue un cancre, que significa mal estudiante, un zoquete vamos, incapaz de entender las explicaciones, podía pasarse horas delante del cuaderno y no escribir ni una sola palabra, relegado a la incomprensión. Su madre centenaria todavía no se acaba de creer su transformación, convertido en autor de éxito y profesor de instituto y continúa preguntando a sus hermanos: ¿Tú crees que conseguirá salir adelante?
El ensayo va in crecendo, tocando numerosas teclas que hacen de la obra un ensayo completo, sin caer en la tentación de darnos lecciones morales, sin idealismos, un discurso sencillo y ameno, en definitiva instructivo. No sé si comparto todas sus reflexiones pero admiro la valentía de poder plasmarlas de este modo. Un ejemplo:
A todos aquellos que hoy consideran la constitución de bandas al sólo fenómeno de los barrios marginales les digo: tenéis razón, si, el paro, sí, la concentración de excluidos, si, los reagrupamientos étnicos, sí, la tiranía de las marcas, la familia monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los tráficos de toda clase, sí, sí, sí.... Pero guardémonos de subestimar la única cosa sobre la cual podemos actuar personalmente y que viene de la noche de los tiempos pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo en el cual todos los demás comprenden.
Sólo nosotros podemos hacerle salir de esa prisión, estemos o no formados para ello.
Los profesores que me salvaron - y que hicieron de mí un profesor - no estaban formados para ello. No se preocuparon de los orígenes de mi enfermedad escolar. No perdieron el tiempo buscando las causas y las ventajas de sermonearme. Eran adultos que se confrontaban a adolescentes en peligro. Se dijeron que había urgencia. Se sumergieron. Se equivocaron. Se sumergieron de nuevo, día tras día, una vez y otra... Acabaron sacándome de allí. Y muchos otros más conmigo. Nos rescataron literalmente. Les debemos la vida.
Un libro que debería leer todo aquel que algún día aspire a ser un buen profesor, porque en definitiva hace reflexionar sobre la vocación docente. Un buen regalo para unos cuantos en los que estoy pensando (aunque creo que tiene que perder bastante con la traducción al castellano).
Argumento/Sujet ****
Creatividad/Creativité ***
Personajes/Personnages ****
Amenidad/Amenité ****
Vocabulario/Vocabulaire ****
Personajes/Personnages ****
Amenidad/Amenité ****
Vocabulario/Vocabulaire ****
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