sábado, 4 de mayo de 2013

"Habibi" de Craig Thompson

"Habibi" es una novela gráfica de casi 700 páginas que invita a evadirnos en un desierto imaginado, nos emociona con una historia de amor atípica y nos hace reflexionar sobre la crudeza del destino de algunas personas.

Zam y Dodola son dos personajes que crecen juntos, que lloran juntos hombro con hombro incluso cuando están separados. Como si el espíritu del uno volase junto al otro.

A pesar de la dureza de sus vidas, su historia es una demostración de lo generosas y tiernas que pueden ser las personas hasta en las condiciones más adversas.

El mundo que imagina Craig Thompson, ambientado en el islam, viene a ser el reflejo de lo que es el actual mundo globalizado. Un lugar donde existen tremendas desigualdades, donde metafóricamente todavía encontramos esclavos y harenes y el agua se convierte en un recurso del que depende la vida y la muerte. Este efecto se consigue realzar porque el autor juega con el tiempo del relato: al principio pensamos que la obra discurre en el pasado pero poco a poco vamos descubriendo elementos contemporáneos. Esta mezcla que nos desubica nos hace pensar en el mundo de hoy en día, aldeas que todavía viven si agua corriente, grandes urbes donde hay gente viviendo en edificios vacíos, palacios alrededor de los cuales se levantan montañas de basura. El medio ambiente, las desigualdades sociales, la utilización del cuerpo de la mujer, los derechos de la infancia... Son muchos los ángulos desde los que se puede estudiar "Habibi".

La obra es también un homenaje a la tradición oral. A lo largo del mismo se van entremezclando historias del  Corán, paralelismos que sirven para entender mejor la historia de los protagonistas. Desde mi punto de vista, es en éstos pasajes donde el pincel del autor desarrolla un universo propio lleno de connotaciones. El movimiento de los trazos en blanco y negro nos hace sentir el soplido del viento del desierto en el cuello, como si fuesen dibujos en la arena. El barroquismo de algunas páginas repletas de símbolos arábigos contrasta con el vacío perfectamente estudiado, momentos de silencio para un guión inusual, sorprendente, mágico.

Las críticas a esta novela que se publicó en 2011 fueron en general positivas y las que así no lo fueron se basan sobre todo en el tratamiento que el autor hace del mundo islámico, tachándolo de querer vender a los americanos una imagen distorsionada de oriente. Mi percepción es que quien llegue a este libro y lo entienda sabrá que no se está criticando el islam, ni se está generalizando en el trato que se da a las mujeres, ni las injusticias sociales que se le achacan. Creo que es un relato universal, metafórico, que trata de presentar un mundo complejo tal y como lo conocemos. Y que a pesar de su dureza es positivo porque al final el amor profundo, casi espiritual, puede con todo.

Aplausos.

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